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Sleep Working [Son a la feina]

Els treballadors nordamericans no descansen bé. Segons un estudi recent realitzat als EUA, la privació de son és un problema creixent en tot tipus d 'organitzacions, afectant la salut, la seguretat i la productivitat de moltes maneres.

Según el Institute of Medicine de EEUU, entre 50 y 70 millones de norteamericanos padecen crónicamente de un insuficiente descanso. Muchos otros tienen problemas de sueño de manera más esporádica. Estudios de la National Sleep Foundation indican que más de la mitad de norteamericanos experimentan problemas significativos relacionados con el sueño y la vigilia.

En los casos más extremos, los desórdenes del sueño contribuyen a una serie de problemas médicos como depresión, diabetes, obesidad, hipertensión o problemas coronarios. Y aunque no sea una enfermedad crónica, la privación de sueño puede provocar accidentes laborales, decisiones erróneas y otros problemas para las empresas. Estudios recientes indican que, de promedio, se duermen menos de seis horas diarias, aunque se sabe que se necesitan un mínimo de siete u ocho.

Aunque la tendencia a dormir menos no sorprende mucho, sus implicaciones laborales parece ser que no se tienen en cuenta. Según los expertos, la privación de sueño ya hace tiempo que es reconocida y tratada entre los sectores para los cuales la seguridad es una preocupación clave (transportistas, pilotos, operarios de fábrica y, más recientemente, los empleados de la sanidad). Pero en el sector servicios, entre otros, donde la seguridad no es tan importante, también se debería prestar más atención al tema.

Parte del problema puede ser que las empresas esperan demasiado de sus trabajadores. Los americanos trabajan más horas y tienen menos vacaciones que hace diez años. Pero el discurso que a menudo dan las empresas sobre este tema resulta ambiguo.

”Por un lado, afirman que quieren que sus empleados estén sanos y puedan conciliar la vida personal y laboral y, por otro, recompensan con promociones a aquellos que trabajan más horas”, afirma Margaret Morford, Presidenta de HR Edge, una consultora de Tennessee. “Conozco una empresa que ha gastado miles de dólares en una consultora para desarrollar un programa de conciliación. Convocaron una reunión en sábado para toda la dirección con la intención de explicar el programa. Lo hicieron ese día porque era el único momento en el cuál nadie trabajaba.”

Ciertamente, la falta de sueño provoca problemas de rendimiento. Cuando los empleados experimentan una continua falta de descanso, son incapaces de lograr el mismo nivel de rendimiento que antes de haber empezado a dormir menos. Otro problema, según los expertos, es que los propios trabajadores con falta de sueño no se dan cuenta del efecto que les está causando, por lo que es probable que no pidan ayuda.

Además de la poca eficiencia, la falta de sueño también puede tener consecuencias en forma de accidentes y otros problemas serios. Los empleados tienen varias opciones para tratar de solucionarlo. Quizás, la mejor manera de empezar sea comunicándolo. Las empresas necesitan empezar a formar a los mandos sobre este fenómeno. Los jefes deben conocer sus síntomas y formas de solucionarlo. Recursos Humanos puede tomar la iniciativa en el proceso mediante esa formación, por ejemplo.

El entorno adecuado

Más allá de la formación, hay otras medidas a tener en cuenta. Según los expertos, el entorno de trabajo es fundamental. Una iluminación suficiente, pausas estipuladas o estimulantes apropiados como el café para los trabajadores de noche pueden ser útiles. Otras posibles medidas irán en función de las características del trabajo y de la cultura en la que se basa. Además de bebidas con cafeína y comidas saludables entre horas, algunas empresas han empezado a promover la siestas durante los descansos o la hora de comer. Algunas hasta han habilitado espacios para poder dormir.

“Las siestas en el trabajo son una medida eficaz científicamente demostrada contra la somnolencia”, afirma Sara C. Mednick, una investigadora del Salk Institute para Estudios Biológicos en California. “Los estudios llevados a cabo en mi laboratorio, indican que la siesta aumenta la agudeza mental y la capacidad memorística que, de otro modo, decaen a lo largo de la jornada.”

Ella cree que la siesta se irá generalizando en el entorno laboral como lo ha hecho el teletrabajo. En un primer momento, el trabajo a distancia fue difícil de aceptar por parte de la dirección de las empresas pero viendo los beneficios que ha venido produciendo, cada vez más organizaciones lo están adoptando. “Normalizar la siesta en el lugar de trabajo requerirá de un proceso parecido de demostración científica y económica de sus ventajas. Con el tiempo se irá aceptando ver a la gente durmiendo en el trabajo”, explica Mednick.

Implementar políticas y prácticas que reduzcan el riesgo relacionado con la privación de sueño también puede ser otra manera. De todos modos, este es un tema que muchas veces entra en la esfera de lo privado y poco puede hacer la empresa en según qué casos. Un empleado que trasnocha o ve la televisión hasta muy tarde, puede estar cansado o ser ineficiente por motivos totalmente desvinculados de sus obligaciones laborales.

Lo mismo pasa con las personas con problemas crónicos de sueño. Los médicos han visto que la apnea de sueño es un contribuyente clave al problema, porque hay muchas personas que no son correctamente diagnosticadas o tratadas. En el trabajo, el resultado es una fatiga crónica con efectos negativos sobre la productividad y la seguridad.

Más allá de las diferencias individuales y los factores personales, las empresas harían bien en considerar políticas que prevengan a los empleados de trabajar demasiadas horas. Estas pueden incluir vacaciones obligatorias o una limitación de las horas extra.

Otra política puede ser la de facilitar la flexibilidad para acomodarse a los empleados que necesitan un mayor descanso. También se debe promover que los empleados saquen mayor rendimiento a su tiempo más que obligarles a hacer un número determinado de horas. RH debe ser flexible cuando sea posible y reconocer que cada empleado puede tener ritmos vitales distintos De este modo, los empleados podrán aprovechar aquellas horas del día en las que sean más productivos.

Por supuesto, todas las compañías deben responder a sus necesidades empresariales, pero cualquiera puede realizar unos pocos pasos para reducir los problemas relacionados con la falta de sueño:

  • Promover en el lugar de trabajo iniciativas como la National Sleep Awareness Week (“Semana Nacional de Concienciación sobre el Sueño”), este año del 5 al 11 de marzo.
  • Asegurarse de que los líderes toman conciencia de la importancia del sueño en la seguridad y la salud laborales.
  • Asegurarse de que los líderes toman conciencia de los síntomas de los desórdenes del sueño.
  • Organizar programas de concienciación sobre salud y bienestar en el trabajo.

Acceso a la noticia: http://www.hreonline.com/HRE/story.jsp?storyId=9595729

Acceso a la página web de la National Sleep Awareness Week: http://www.sleepfoundation.org/site/c.huIXKjM0IxF/b.2417335/k.2C6B/National_Sleep_Awareness_Week.htm

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Resum fet perJ. Inglada , (factorhuma.org)

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Según el Institute of Medicine de EEUU, entre 50 y 70 millones de norteamericanos padecen crónicamente de un insuficiente descanso. Muchos otros tienen problemas de sueño de manera más esporádica. Estudios de la National Sleep Foundation indican que más de la mitad de norteamericanos experimentan problemas significativos relacionados con el sueño y la vigilia.

En los casos más extremos, los desórdenes del sueño contribuyen a una serie de problemas médicos como depresión, diabetes, obesidad, hipertensión o problemas coronarios. Y aunque no sea una enfermedad crónica, la privación de sueño puede provocar accidentes laborales, decisiones erróneas y otros problemas para las empresas. Estudios recientes indican que, de promedio, se duermen menos de seis horas diarias, aunque se sabe que se necesitan un mínimo de siete u ocho.

Aunque la tendencia a dormir menos no sorprende mucho, sus implicaciones laborales parece ser que no se tienen en cuenta. Según los expertos, la privación de sueño ya hace tiempo que es reconocida y tratada entre los sectores para los cuales la seguridad es una preocupación clave (transportistas, pilotos, operarios de fábrica y, más recientemente, los empleados de la sanidad). Pero en el sector servicios, entre otros, donde la seguridad no es tan importante, también se debería prestar más atención al tema.

Parte del problema puede ser que las empresas esperan demasiado de sus trabajadores. Los americanos trabajan más horas y tienen menos vacaciones que hace diez años. Pero el discurso que a menudo dan las empresas sobre este tema resulta ambiguo.

”Por un lado, afirman que quieren que sus empleados estén sanos y puedan conciliar la vida personal y laboral y, por otro, recompensan con promociones a aquellos que trabajan más horas”, afirma Margaret Morford, Presidenta de HR Edge, una consultora de Tennessee. “Conozco una empresa que ha gastado miles de dólares en una consultora para desarrollar un programa de conciliación. Convocaron una reunión en sábado para toda la dirección con la intención de explicar el programa. Lo hicieron ese día porque era el único momento en el cuál nadie trabajaba.”

Ciertamente, la falta de sueño provoca problemas de rendimiento. Cuando los empleados experimentan una continua falta de descanso, son incapaces de lograr el mismo nivel de rendimiento que antes de haber empezado a dormir menos. Otro problema, según los expertos, es que los propios trabajadores con falta de sueño no se dan cuenta del efecto que les está causando, por lo que es probable que no pidan ayuda.

Además de la poca eficiencia, la falta de sueño también puede tener consecuencias en forma de accidentes y otros problemas serios. Los empleados tienen varias opciones para tratar de solucionarlo. Quizás, la mejor manera de empezar sea comunicándolo. Las empresas necesitan empezar a formar a los mandos sobre este fenómeno. Los jefes deben conocer sus síntomas y formas de solucionarlo. Recursos Humanos puede tomar la iniciativa en el proceso mediante esa formación, por ejemplo.

El entorno adecuado

Más allá de la formación, hay otras medidas a tener en cuenta. Según los expertos, el entorno de trabajo es fundamental. Una iluminación suficiente, pausas estipuladas o estimulantes apropiados como el café para los trabajadores de noche pueden ser útiles. Otras posibles medidas irán en función de las características del trabajo y de la cultura en la que se basa. Además de bebidas con cafeína y comidas saludables entre horas, algunas empresas han empezado a promover la siestas durante los descansos o la hora de comer. Algunas hasta han habilitado espacios para poder dormir.

“Las siestas en el trabajo son una medida eficaz científicamente demostrada contra la somnolencia”, afirma Sara C. Mednick, una investigadora del Salk Institute para Estudios Biológicos en California. “Los estudios llevados a cabo en mi laboratorio, indican que la siesta aumenta la agudeza mental y la capacidad memorística que, de otro modo, decaen a lo largo de la jornada.”

Ella cree que la siesta se irá generalizando en el entorno laboral como lo ha hecho el teletrabajo. En un primer momento, el trabajo a distancia fue difícil de aceptar por parte de la dirección de las empresas pero viendo los beneficios que ha venido produciendo, cada vez más organizaciones lo están adoptando. “Normalizar la siesta en el lugar de trabajo requerirá de un proceso parecido de demostración científica y económica de sus ventajas. Con el tiempo se irá aceptando ver a la gente durmiendo en el trabajo”, explica Mednick.

Implementar políticas y prácticas que reduzcan el riesgo relacionado con la privación de sueño también puede ser otra manera. De todos modos, este es un tema que muchas veces entra en la esfera de lo privado y poco puede hacer la empresa en según qué casos. Un empleado que trasnocha o ve la televisión hasta muy tarde, puede estar cansado o ser ineficiente por motivos totalmente desvinculados de sus obligaciones laborales.

Lo mismo pasa con las personas con problemas crónicos de sueño. Los médicos han visto que la apnea de sueño es un contribuyente clave al problema, porque hay muchas personas que no son correctamente diagnosticadas o tratadas. En el trabajo, el resultado es una fatiga crónica con efectos negativos sobre la productividad y la seguridad.

Más allá de las diferencias individuales y los factores personales, las empresas harían bien en considerar políticas que prevengan a los empleados de trabajar demasiadas horas. Estas pueden incluir vacaciones obligatorias o una limitación de las horas extra.

Otra política puede ser la de facilitar la flexibilidad para acomodarse a los empleados que necesitan un mayor descanso. También se debe promover que los empleados saquen mayor rendimiento a su tiempo más que obligarles a hacer un número determinado de horas. RH debe ser flexible cuando sea posible y reconocer que cada empleado puede tener ritmos vitales distintos De este modo, los empleados podrán aprovechar aquellas horas del día en las que sean más productivos.

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  • Asegurarse de que los líderes toman conciencia de los síntomas de los desórdenes del sueño.
  • Organizar programas de concienciación sobre salud y bienestar en el trabajo.

Acceso a la noticia: http://www.hreonline.com/HRE/story.jsp?storyId=9595729

Acceso a la página web de la National Sleep Awareness Week: http://www.sleepfoundation.org/site/c.huIXKjM0IxF/b.2417335/k.2C6B/National_Sleep_Awareness_Week.htm

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